Comer sin trabajar no se debe tolerar (¿o era al revés?)
Hacia tiempo que no disfrutaba del placer de no pagar una comida de negcios pero la recompensa tuve que pagarla con una larga jornada de trabajo. La ocasión se dio en la presentación del nuevo plan estratégico de Sol Meliá, una jornada de sol a sol (y nunca mejor dicho) escuchando (soportando por momentos) los planes de los hermanos Escarrer Jaume y su pléyade de directores ejecutivos. La experiencia “ME” fue quasi completa (el hecho de vivir en Madrid me impidió pernoctar en el hotel), desde el desayuno a base de brochetas de fruta fresca y mediasnoches de carpaccio con espárragos a la cena-cóctel pasando por una comida en el Midnight Rose.
No hay rosa sin espinas
El menú que nos preparo Jaime Renedo (Asiana) no fue especialmente sofisticado aunque diré en su descargo que no es fácil elaborar algo del agrado de gente de distintas procedencias. Comenzamos con una “insalata caprese” (rebautizada como mediterránea) preparada con un tomate raf de escándalo. El plato fuerte fue un filet mignon a las tres pimientas servido con una guarnición de patatas cremosas y salsa española (por mucho que se empeñen en llamarla demi glace). El postre consistió en un brownie de chocolate negro y blanco, nada excepcional. Humedecimos el gaznate con un blanco de Rueda (creo que era Marques de Irún) y un tinto de la Rioja (Viña Herminia).
Ficha
Ubicación: Plaza de Santa Ana 14, Madrid (Metro Sol, Tirso de Molina, Antón Martin)
Lo mejor: ambiente cool, camareras guapas y atentas que además no se creen diosas
Lo peor: eché en falta algo más de luz, por momentos la música impedía mantener una conversación sin gritar
Recomendamos: cócteles, “oreos” de oliva y parmesano
Precio: €€€€€ / €€€€€
Puntuación: 4,25 / 5
Technorati Tags: Spain, Hotel, Madrid, Restaurant
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