There’s no business like showbusiness.
Los comedores de Casa Lucio (antiguamente Mesón del Segoviano) están siempre a rebosar, como siempre. ¿El secreto?, haber “mamado” el negocio desde su más tierna infancia (cuentan que a los 12 años era botones en el local que ahora posee); saberse rodear de políticos, artistas y demás figurantes del “Todo Madrid” sin que salten chispas; agradar por igual a turistas y parroquianos locales y sobre todo dar de comer bien. Visitar Casa Lucio es toda una experiencia que comienza en la casi inevitable espera en su abarrotada barra donde podemos avistar algún personajillo conocido (en mi última visita me topé con el dúo nazareno de la Macarena, con una folclórica venida a menos y con un “plumilla” que hace años escribía la crónica rosa en la revista Época), continua por el ritual gastronómico aderezado con la simpática indolencia castiza de los camareros y como colofón la habitual visita de Don Damián (aka Lucio) que con su carismática presencia hace siempre que sus huéspedes se sientan especiales.
Maldito parné.
La discusión más habitual que tengo con los no partidarios de Lucio tiene que ver con la dolorosa, aspectos como el ambiente o la calidad de la comida raramente quedan en entredicho. En estos casos siempre baso mi línea argumental en la ley de la oferta y la demanda. Si yo tuviese la suerte de tener un restaurante permanentemente abarrotado donde es habitual doblar o incluso triplar mesas (id est exceso de demanda siendo imposible incrementar la oferta) trataría de ajustarlo vía precios, que es exactamente lo que hace Lucio. De cualquier modo mi consejo para los de la cofradía del puño es que no dejen de disfrutar de la experiencia por el parné y que traten de ajustar la cuenta comiendo los platos de cuchara o los fantásticos callos (para los casos crónicos les recomiendo cruzar la calle a la Taberna Los Huevos de Lucio).
Ficha
Ubicación: C/ Cava Baja 35, Madrid (Metro La Latina)
Lo mejor: auténtico buque insignia de la cocina castiza, materias primas de excelente calidad, servicio atento
Lo peor: cierra los sábados al mediodía, que Lucio sea del Atleti
Recomendamos: huevos estrellados, ensalada de la casa, cocido (creo que sólo lo sirven los miércoles), judías con faisán, callos, arroz con leche
Precio: €€€€ / €€€€€
Puntuación: 4,5/ 5
Los comedores de Casa Lucio (antiguamente Mesón del Segoviano) están siempre a rebosar, como siempre. ¿El secreto?, haber “mamado” el negocio desde su más tierna infancia (cuentan que a los 12 años era botones en el local que ahora posee); saberse rodear de políticos, artistas y demás figurantes del “Todo Madrid” sin que salten chispas; agradar por igual a turistas y parroquianos locales y sobre todo dar de comer bien. Visitar Casa Lucio es toda una experiencia que comienza en la casi inevitable espera en su abarrotada barra donde podemos avistar algún personajillo conocido (en mi última visita me topé con el dúo nazareno de la Macarena, con una folclórica venida a menos y con un “plumilla” que hace años escribía la crónica rosa en la revista Época), continua por el ritual gastronómico aderezado con la simpática indolencia castiza de los camareros y como colofón la habitual visita de Don Damián (aka Lucio) que con su carismática presencia hace siempre que sus huéspedes se sientan especiales.
Maldito parné.
La discusión más habitual que tengo con los no partidarios de Lucio tiene que ver con la dolorosa, aspectos como el ambiente o la calidad de la comida raramente quedan en entredicho. En estos casos siempre baso mi línea argumental en la ley de la oferta y la demanda. Si yo tuviese la suerte de tener un restaurante permanentemente abarrotado donde es habitual doblar o incluso triplar mesas (id est exceso de demanda siendo imposible incrementar la oferta) trataría de ajustarlo vía precios, que es exactamente lo que hace Lucio. De cualquier modo mi consejo para los de la cofradía del puño es que no dejen de disfrutar de la experiencia por el parné y que traten de ajustar la cuenta comiendo los platos de cuchara o los fantásticos callos (para los casos crónicos les recomiendo cruzar la calle a la Taberna Los Huevos de Lucio).
Ficha
Ubicación: C/ Cava Baja 35, Madrid (Metro La Latina)
Lo mejor: auténtico buque insignia de la cocina castiza, materias primas de excelente calidad, servicio atento
Lo peor: cierra los sábados al mediodía, que Lucio sea del Atleti
Recomendamos: huevos estrellados, ensalada de la casa, cocido (creo que sólo lo sirven los miércoles), judías con faisán, callos, arroz con leche
Precio: €€€€ / €€€€€
Puntuación: 4,5/ 5
Technorati Tags: Madrid, Spain, Restaurant
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