viernes, 8 de febrero de 2008

Restaurante La Borda Pairal 1630


La perla de Andorra

En un área urbana de Andorra la Vella rodeada de elementos poco pintorescos como un aparcamiento al aire libre, encontramos un pequeño claro donde se ubica esta borda. Según he oido hay un puñado de estos edificios por toda la “Comunidad Autonoma de Andorra” que antiguamente se usaban para guardar la cosecha y los animales. Justo antes de entrar observo dos cosas que me hacen pensar lo peor: una pléyade de renos de mimbre a modo de decoración y una pegatina de la Guía Michelin (sobre todo después de haber leído “El inspector se sienta a la mesa”). Mis temores comienzan a desvanecerse al entrar y disfrutar de un tranquilo y sencillo ambiente rústico.


Clásicos básicos

La mejor opción para no disparar la factura era ceñirse a las referencias clásicas de la cocina catalana por lo que opté por la escalivada con queso de cabra fundido, butifarra con judías y lo acompañé todo con mi Priorato fetiche (Les Terrases). Por ahora, lo mejor que he visto en Andorra.


Ficha

Ubicación: C/ Doctor Vilanova 7, Andorra la Vella (Bus urbano líneas 1 a 8)

Lo mejor: relación calidad precio, aire rústico, servicio

Lo peor: algún detalle kitsch (como los renos de la entrada) que rompe la armonia estética

Recomendamos: escudella, butifarra con judías, escalivada, caracoles, no pedir platos ajenos a la gastronomía local (si no queremos malgastar el dinero)

Precio: €€€€ / €€€€€

Puntuación: 4,5 / 5



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, con lo que has pedido para comer, poca valoración puedes hacer de este restaurante. En cualquier caso, si la opinión del restaurant es tan seria como considerar Andorra como un "Comunidad Autónoma", como diria Schuster, no hace falta decir nada mas.

Juan de Padilla dijo...

En primer lugar, valoro los sitios no sólo por lo que como yo sino por lo que toman los demás comensales que me acompañan además de que en muchas ocasiones no se trata de la primera visita a un local. Respecto al estilo literario me fascina tu ausente capacidad para captar una ironia aunque es comprensible si una de tus fuentes de inspiración es Bernardo Schuster.