Sólo puede quedar uno
Todo parece indicar que las cafeterías “americanas” en Madrid sufrirán el mismo devenir que los inmortales o la familia Flores: sólo puede quedar uno. Nombres como Manila (aka La Flecha), Nebraska, California o Somosierra que, en su día, contaron con numerosos locales en la capital ahora sobreviven a duras penas.
Clases Pasivas
El hecho de que el modelo de negocio de estas cafeterías no se haya adaptado a los gustos de las nuevas generaciones hace que estos locales no hayan cambiado su clientela desde los años 50-60's. El público de Somosierra es mayoritariamente jubilado (acompañado esporadicamente por nietos o “cuidadores” ecuatorianos). Sólo los fines de semana el “mix” mejora gracias a los cines de la calle Fuencarral y a los nostálgicos de aquellas meriendas con los abuelos en las que se podía beber cafeina o comer tortitas justo antes de la cena sin miedo a la represión materna.
Servicio en peligro de extinción
Los camareros de Somosierra son el paradigma de la vieja escuela: chaquetilla blanca, pajarita negra, lustros de antigüedad en el negocio, memoria de elefante, mucha educación y más casticismo. El estilo me recuerda al Café Gijón.
Una opción “budget” después de pagar 7 euros por el cine
La carta de Somosierra se reduce a tres bloques: sandwiches, platos combinados y postres. Tomar un sandwich servido con patatas fritas (3-4 euros), una bebida (2 euros) y un helado (2-3 euros) es seguramente más barato que un cubo de palomitas y una coca-cola grande.
Ficha
Ubicación: C/ Fuencarral 135, Madrid (Metro Quevedo, San Bernardo y Bilbao)
Lo mejor: servicio rápido y atento, zona “take away”
Lo peor: los remiendos de dudoso gusto que se han hecho a la decoración original (como los carteles luminosos con fotografías de los platos)
Recomendamos: sandwich de ternera en su jugo, tortitas con nata (opción de ½ servicio), helados
Precio: € / €€€€€
Puntuación: 3 / 5
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